Dos Plantados

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Hola!

Las historias pueden surgir de los momentos más inesperados; la que sigue a continuación surgió de un planton bien plantado por parte de un chico con miedo a que las cosas se fueran muy deprisa y simplemente recorrí a la pluma y cambie la historia.

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Corría un Domingo cualquiera de Noviembre y estaba Carolina esperando a la mitad de la plaza por Ismael, esta sería su segunda cita, pero ni sus luces, pero no quitaba el dedo del renglón y se sentó a esperar. En ese mismo lugar se encontraba Pablo; quien también esperaba a alguien y al ver que no venía; volteó con Carolina y le dijo: “Creo que ya nos plantaron, ¿verdad?” Carolina creyendo no haber oído bien sólo le dice: “Disculpa; ¿dijiste algo?”
” Si, digo que nos han plantado o igual me estoy equivocando contigo, pero a mi si que me han dejado bien plantado.”
“Creo que a mi igual; es que estaba metida en mi libro que ni cuenta me di, pero si, es cierto.”
“Y puedo preguntarte lo que haras”
“Pues yo creo que me ire a casa”
“Perdona mi atrevimiento, pero ya que te animasté a dirigirme la palabra”
“Ok! Esta bien ¿qué tienes en mente?”
“Qué tal si tu y yo sustituímos a las personas que nos plantaron?”
“Suena interesante, intriga, pero veo que puede tener arma de dos filos. Dime; a quién tu esperabas?”
“Bueno yo esperaba a mi hermana y tu?”
“Yo definitivamente no a mi hermana; esperaba a una posibilidad”
“Una posibilidad? A qué te refieres?”
“Una posibilidad de una posible relación, de amor. Así que sustituirlos es un poco raro. Porque yo puedo actuar como tu hermana aún cuando no la conozco, pero cómo tu podrías hacerlo; no sería un tanto insestuoso?”
“Ya veo por donde va la cosa y no sé por cual razón, pero me fascina, es curioso no? Como es que se dan las cosas, yo aquí atreviéndome a hablarte, a un completo extraño y tu igual y ahora esta plática. Bueno, yo tengo hambre, qué tal si vamos a ese lugar y seguimos esta curiosa plática.”
“Me parece perfecto, no sé por qué, pero me lo parece, vamos!”
Se fueron a un restaurante que estaba justo también a mitad de la plaza, disfrutaron de la comida y de la plática. En el medio de ella a él se le ocurrió decir que haber sido plantado fue lo mejor que le había pasado y esperaba que ella pensará igual. Sin embargo, Carolina sólo lo vio, le sonrio y no dijo nada mas. Al terminar de comer y haber cada uno pagado lo suyo y salir del restaurante a Pablo se le ocurre decirle.
“Bueno creo que ya sustituiste bien a mi hermana; veamos ahora si yo puedo interpretar bien mi parte”
“Sabes, olvidemos lo de interpretar partes, seamos quienes somos”
“Eso si que es una pena!”
“Y por qué lo dices?”
“Es una pena porque habías mencionado que él era una posibilidad y en toda posibilidad puede haber un beso y eso es lo que se me antoja”
“Ahora entiendo por donde va la cosa, eres lindo, me agrada esto. Hagamos un trato; veamos a donde nos lleva esto y quizás al final seas suertudo y te lleves un beso y mientras….”
Y le da entonces un beso en la mejilla. La cosa no fue muy lejos puesto que ya era un poco tarde, pero las luces de la plaza se pintaban bonito y la playa no se encontraba lejos; así que decidieron irse a dar una vuelta y caminar sobre la arena. Al llegar todo se pintaba como una mágica sorpresa para ambos; la luna se postraba relucientemente blanca y brillante y las estrellas tintineaban sin cesar, a lo lejos se veía como pequeños pescaditos saltaban fuera y dentro del agua y en eso Pablo saca una pequeñita monedita plateada de su bolsillo y la lanza de espaldas al agua y Carolina le pregunta: “Por qué hiciste eso?”
“Me pareció buena idea en este momento pedir un deseo”
“Pero eso sólo funciona en las fuentes”
“Tomé mi riesgo, seguimos caminando?”
“Y qué pediste?”
“Si te digo no se me cumplira”
“Por favor! Enserio crees en esas cosas?”
“Acaso tu no?”
“Solía creer, pero francamente las experiencias me han hecho ya no creer tanto en esas cosas, pero creo que podía ser que hubiera magia esta noche, pero creo que es hora de ir a casa. Sabes como regresarte?”
“Si, me tomaré un camión justo ahí”
“Qué coincidencia! Yo igual”
Ambos siguieron platicando mientras esperaban y resulta que esperaban el mismo camión; la ayuda a subirse y le paga su boleto. No hay muchos asientos a excepción de uno solo y se lo cede. Ella entonces le dice:
“Si falta mucho para tu destino; nos podemos ir turnando hasta que se desocupe otro asiento”
“Claro que no! Yo voy muy bien aquí y gracias por esta dulce velada”
“Lo fue aún cuando no terminara como tu querías?”
“Todavía no termina o si?”

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